MALTRATO DE PRINCIPIO A FIN

Por Eugenio Taveras

La seguridad de que todo el que está vivo partirá para el más allá no está en discusión, lo que sí se refuta es el hecho de que muchos mutantes actúan de forma tal que aceleran su muerte y hacen ingentes esfuerzos por desaparecer de la lista de los vivos, que mal que bien, hasta esos mismos que apresuran su propia desaparición física se le pregunta que si quisieran irse y dicen que no, pero no llevan un comportamiento que se ajuste a su afirmación. 

El cuido del que hablo en esta reflexión se refiere, específicamente, al cuidado de nuestra salud, ya que muchas veces nos maltratamos en todos los órdenes:  sometemos al cuerpo a situaciones que ni con una buena salud aguanta y llega el momento en el que explota; por otro lado, está el régimen alimenticio:  aquí si la puerca retuerce el rabo, pues, todo lo que nos llega a la mano nos lo llevamos a la boca, aun sabiendo que nos estamos envenenando, pero qué podemos hacer, si para llevar un equilibrio más o menos aceptable deberemos tener unos ingresos y una educación envidiables.

Para un pobre resulta imposible alimentarse y a lo más que llega es a comer lo que aparezca, aunque en cada ingestión esté proyectando un cáncer o cualquier enfermedad maligna de las tantas que los productores de alimentos enlatados y embotellados nos están sirviendo en la gran gama de artículos dispuestos para una muerte segura y sufrida con el invento de las alargadoras de la existencia, como son, la quicio y la radioterapia, argumento del cual estoy totalmente en desacuerdo, debido a que lejos de extender los días en el paraíso terrenal lo que sí hacen es dilatar una partida digna y sin sufrimientos.      

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